De cómo un caldo expía mis culpas
Por Isabella Portilla Dios todavía vive en el caldo de papa que preparaba mi mamá cuando yo era niña. Su sabor me ha acompañado toda la vida, a donde quiera que he ido, y con el tiempo he llegado a confundirlo con el perdón de mis pecados. En ese caldo sazonado con cilantro recién…